No podría declararme fan del death metal, pero esto damas y caballeros es un clásico del rock and roll. Un disco elaborado que es capaz de sonar crudo, una mezcla recurrente en mis recetas favoritas. El placer de dejar fluir la tensión del metal extremo, con un argumento compositivo convincente y original. Podemos elogiar el acierto en las voces del bajista Jeff Walker por encajar su peculiar grito demoniaco en este requiem y el implacable sonido que logra Ken Owen con rafagas de poder en los tarros. Lo que no puede dejar de destacar una reseña de este disco es el trabajo en las guitarras, con riffs alucinantes que son capaces de sonar siniestros y pegajosos, con melodias entrelazadas por el genial trabajo de la dupla Amott/Steer, un paralelo para Cavalera/Kisser y las grandes duplas que engrozan el altar negro del metal.
El dato cultural: la escultura que da vida a la caratula del disco pertenece al afamado surrealista HR Giger, famoso por su trabajo en Alien y sus creaciones biomecanicas.
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