Declaración de principio(s)

Hace mucho tiempo me debía esto, un espacio para compartir acordes y pensamientos.

Siempre me ha gustado la música, creo que en parte se lo debo a mi vieja porque me hiperestimulaba con Mazapan y cuanto grupo infantil existía. Siendo teenager me hacia mis casetes (altiro se me cayó el carnet) con temas grabados de la radio. Como tal, eran más que nada singles poperos de grupos que actualmente navegan los mares del olvido. Así fue que un buen día mi abuela le regalo al Feli, un primo, el The Great Southern Trendkill de Pantera por equivocación (el había pedido era nada más y nada menos que los míticos ¡Panteras Negras!).

Al principio lo escuchamos en grupo en el auto de mi abue, sin entender un pico de la música, moviendo los cráneos hasta vomitar… lo sé no es nada de que jactarse. El asunto es que esto se repitió hasta que hubo un momento en el que sentí que algo me hacia sentido, que esos estruendos y quejidos guturales no eran simple ruido (tb que no tenía porque quedar con tortícolis cada vez que lo escuchara).

Ese disco fue muy importante para mi, marco una tendencia en mis gustos musicales. Pero fundamentalmente me dio la calma para escuchar, algo que hasta ese momento no tenía, desde entonces tenía la esperanza de que con paciencia podía llegar a entender los discos y sentir esa conexión tan especial que te transporta, lo adictivo de la música. Aunque claro, me convertí en un metalero fundamentalista, bien amargo e intolerante con distintas tendencias y estilos musicales. Pero todos esos escupos, con el tiempo me han caído en la cara. Alguna vez moleste a mi compadre Claudio porque escuchaba Los Tetas, hoy en día no puedo sino decir que son un grupazo. ¡Hasta me gusto el Load de Metallica! En fin, espero que la gente que polule por este blog allá pasado por las mismas contradicciones, madurando para comprender que no se trata de una traición, ni una incoherencia… ¡¡solo se trata de música!!