martes, 11 de marzo de 2008

No Pain, No Gain



Disculpen el rayón tan personal, pero necesito desahogarme, mal que mal es mi blog. Les dejó el tema, por si se animan a leer, acompaña bien la mutada. De lo contrario el video esta de pelos...

No da lo mismo, no es indiferencia lo que siento cuando vivo, pero quisiera entender porque es esa la reacción práctica que tengo sobre el mundo. Acaba por lastimar.
De donde vino esta apatía? Huele a frustración...

Desvelados deambulamos paranoicos. Nada tiene sentido. La conciencia es un estado de letargo estructurado. La vida es una mala broma, una conspiración o un segundo de locura. Todo lo que existe, se ha relativizado por pensar. Solo hemos conseguido breves triunfos, caprichosos instantes que se diluyen. Son más tropezones, remezones de la tierra sobre la que marchamos sonambulos. Sentir los cimientos de la realidad (de nuestra realidad si aceptamos estas interacciones como ciertas) hacerse trizas, desmoronarse ante nuestro asombro. De a poco perdemos la capacidad de estremecernos. Nos queda la desolación, la más completa indiferencia.

Esto de soñar despierto, nos lleva hacia el tatita Jhonny Cash que coverea "Hurt", canción de Nine Inch Nails:

" Me hice daño hoy
Para ver si aún siento
Me centro en el dolor
Lo único que es real.."
(traducción completa)

Los cientificos creen saber que el dolor es un llamado de atención del cuerpo, una forma de alertar sobre potenciales daños o mal funcionamientos en el organismo.

Para este tata, era la constante. La única prueba de todo lo real que experimento en su vida, contemplado desde su estado senil y terminal. Después de observar como cuanto conocía cambio, como descepciono a todos quienes amo, lo único que le hacia experimentar la vida dentro de ese letargo era el dolor.

Tanto tememos ser dañados que creamos complejos métodos y argumentos para ocultar nuestros cuerpos y sentimientos. En el fondo tememos que esa sobreexposición nos conecte tan crudamente con la realidad, que devele el caos y nuestra desnudez. Dichosa vulnerabilidad. Solo entonces experimentamos lucidez y asusta ese dialogo sordo frente a la realidad, pero no existe experiencia más fecunda como camino hacia la creatividad.